"Ambrosia"
El viaje que todo
mortal emprende, a pesar de los miles de caminos diferentes que esperan por ser
recorridos, y que a veces se llegan a entrelazar unos con otros, llega a tener
su mismo fin, el encontrarse, descubrirse & redescubrirse una y otra vez,
el evolucionar mental, espiritual.
El intentar
encontrar el porqué de cada acción solo estanca el poder crecer, aceptar y dejar
atrás el pasado para concentrarse en el presente ideando, tal vez, algún día un
futuro diferente.
Los dioses
antiguos consumían aquel fruto que ayudaba a través del trance y su poder místico,
a ver mas allá de lo que el ojo terrenal puede visualizar, el despertar del
tercer ojo, aquel que logra obtener una mayor percepción de lo que es mal
llamado realidad.
Enemiga de la
lucidez, aliada de la locura, todo aquello que nos enseñan pero no descubrimos
por nosotros mismos, más lograr recordar de alguna vida de antaño, es un poder
otorgado por ella, la ambrosia. Poder leer entre las líneas que están en
nuestras manos, descifrar el mensaje que las Moiras dictaban a su antojo para
cada alma.
A través del éxtasis,
clímax, son formas en que este deleitable manjar se puede apreciar, la fricción
de dos o más labios recorriendo el cuerpo, esos segundos en que la piel poco a
poco se va erizando, la respiración se va alargando y las palabras se van enmudeciendo,
mientras la sangre va hirviendo, el sentido del tacto alcanza sumos puntos de
sensibilidad, y aunque eso se puede descubrir por sí mismo, mejor aprender por
medio de otro cuerpo recorriéndolo,
Descubrir la
sensibilidad del alma es uno de sus atributos…
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