Dagas Envenenadas
El sueño es recurrente, las marcas aún aparecen en la piel, rasguños y mordiscos
Moretes que han dejando negra la piel,
La locura no deja de sentarme con sus memorias, la mías han sido borradas,
Los recuerdos han dejado negra el alma,
La vida cual vieja arpía, no da tregua a la víctima transeúnte casual,
La sangre coagulada ha dejado negra la sabana
Esos ojos aún los veo, no logró escapar a su prejuicio y condena
Esas palabras aún hacen eco en el interior del alma
Ese beso letal, el cual me despojo todo vestigio de humanidad,
Caras y voces se entrelazan para torturar, esa risa burlista & sarcástica,
Pronuncia mi nombre soezmente mientras la navaja seduce las venas,
Un dulce aroma a paz y soledad, infectada de divinidad se ha vuelto tóxicas
Sus palabras, antes mi credo, ahora son mi perdición
Sus caderas mi adicción, sus pechos mi razón
Esa aberración reflejada en el espejo, ese lienzo sin alma faltó de colores,
Ese rostro sin emoción alguna, esa sonrisa inerte y vacía
Alguna ilusión revocada en la desesperación
La llama extinta llamada esperanza
Todo ese veneno heredado, fluyendo en el cosmos
Toda esa desesperación enervada al alba,
La confusión decidió sobre la razón y la lógica
Miedo aberrante, avaricia saciada
Lo que no entregue, jamás lo merecía
Lo que jamás jure, siempre ha de arrepentirse
Las dagas han cumplido su labor y ahora flotar en
La sangre derramada hasta amanecer en otro cuerpo
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